Alberto
Manguel, en su prólogo a El país imaginado, la novela de Eduardo Berti,
recuerda una leyenda china en que una joven que vive en el pueblo con sus
padres se enamora tan locamente de un viajero que, incapaz de saber si debe de
seguirle o no, se desdobla en dos. Una de ellas continúa viviendo en el pueblo
con los suyos, mientras la otra viaja por el mundo con su amante. Pasan los
años y un buen día ésta siente tanta nostalgia de lo que dejó atrás que decide
regresar a su pueblo. Y cuando lo hace, se encuentra con aquella de la que se
separó al marcharse y vuelven a juntarse y a ser una sola mujer.
¿Se imaginan?
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