Hoy mi alma no encuentra consuelo y mi mente divaga por ahí, mas que de costumbre.
Se aleja hacia aquel país dónde gobiernan los talibanes sobre cuerpo y mente, éso pretenden.
En la mañana, mientras despertaba en la televisión daban la noticia, no puedo creerlo...se habían hecho campañas, con firmas para exhortar a que no se cometiera tal atrocidad, y yo, ingenua y optimista, di por hecho que no sucedería, no sería posible una barbarie así
-¿Pero que me pasa?- como pude pensar tan sobradamente...de repente, me invadió una sensación de malestar: nunca imaginé tal retroceso...será que tengo una mentalidad progresista; modernidad es una palabra que suelo usar, ideas que chocan contra las rocas hoy, dolorosamente.
Asesinaron a Sakine Astiani.
Mi alma no haya consuelo, no puedo evitar llorar y trasladarme en un salto en el tiempo al momento en que le eran propinados 300 azotes y dos balas en la cabeza, mientras yacía indefensa y embarazada.
La condenó el gobierno Talibán, porque tras enviudar, resultó embarazada. mil posibilidades circundan mi imaginación, no solo el saber quien es el santo varón que la embarazó, sino sobre todo, en que circunstancias.
Me molesta hablar de circunstancias, como si debiera defenderlas de su culpa. No, medito en las circunstancias porque hacen aún mas ominoso lo sucedido.
Nuevamente mi mente da un giro, ahora recuerdo que fueron publicadas noticias sobre las mujeres, en Guanajuato, condenadas con 22 o mas años de prisión, por abortar. Mujeres indígenas, pobres, sumidas en la ignorancia y la injusticia, triplemente victimizadas, quizá violadas y embarazadas y, ahora encarceladas.
Pienso, trato de racionalizar como mecanismo defensivo, parece que uno de mis favoritos, pero también cuestiono, reflexiono, veo mas allá...al final, así soy.
Ahí está el fanatismo religioso, la máxima expresión de la sin razón institucionalizada, recubierta de un halo divino, disfrazada de concepción de un Dios castigador y vengativo, un Padre que tiene por mensajeros, los que deben vigilar que se cumpla su voluntad, sin cortapisas, sin cuestionamientos.
Es la locura: la que no cuestiona nada, quien no se pregunta nada, quien no duda es un psicótico.
Entonces brinco de idea, pienso en Jesús, en el Jesús del Nuevo Testamento, y lo prefiero por misericordioso, inevitable: recuerdo el pasaje de la mujer adúltera, dicen los evangelios que Jesús dijo " el que esté libre de pecado..." y que uno a uno se marcharon. También anotan un dato curioso, Jesús, mientras acusaban a la mujer, escribía algo en el piso...
Las mujeres encarceladas en México, se suman a la creciente ola de detenciones en 22 Estados de la República en los que se ha aprobado una modificación a la ley, para castigar a las que interrumpan su embarazo, sin importar causa: increíble pero votado casi por unanimidad por el PRIAN, ambos alzaron la mano, para que se les consigne por homicidio en razón del parentesco.
Recuerdo el tiempo que pasé trabajando en la Penitenciaría Femenil de Tepepan. El homicidio en razón del parentesco era un delito común entre las sentenciadas, también delitos contra la salud. algunos robos comunes.
Las historias, para alguien como yo, eran fascinantes, si tenía entrevistas apuraba el paso café en mano y hojas para anotaciones lista: me gustaba entrar en detalles, preguntar, indagar, pensar sobre las motivaciones psicodinámicas de éstas mujeres. Pero son otras circunstancias. La etiología de la delincuencia femenina y su castigo, diferenciado por los jueces, quienes las castigan doblemente por ser mujeres y delincuentes, dándoles mas años de sentencia que a un varón, por el mismo delito.
Una mujer no puede matar a sus hijos, el fantasma de la ignorancia recorre el país entero.
Detrás de las historias que nos llegan por la prensa, debe haber mucho más...igual que detrás de la etiqueta del delito por el que estaban sentenciadas aquellas mujeres.
Sakiné fué sentenciada y ejecutada, tomado su cuerpo como patrimonio del patriarcalismo inaudito que sigue alzando sus mil cabezas en el mundo y en cada un@ de nosotros, por medio de la cultura misógina y androcéntrica. No fue tratada como persona, no lo era para sus asesinos, pero la definición de persona lleva en sí misma su valor inherente. Siempre lo fue y los seguirá siendo, aún cuando fue víctima, de victimarios sanguinarios, que debieron verla sometida y acabada antes de expirar.
También las mujeres encarceladas en Guanajuato, mujeres indígenas, victimizadas por ser mujeres, pobres, ignorantes e indígenas.
Pienso en mas mujeres asesinadas, maltratadas, violadas como botín de guerra, vendidas, explotadas prostituidas por la fuerza, usadas debido a su hambre y su ignorancia, al abandono. Que no saben de otras opciones, porque nunca las han tenido, no saben de otra vida porque las han hecho asumirse objetos y no personas, no seres humanos.
Un sistema, el nuestro, en el que cada acto, afecta en su sumatoria de manera global, y en un efecto bumerang, a cad@ un@ de regreso, por éso, porque termina afectándonos a tod@s y a cada uno es que es insostenible que las decisiones de otros, nos afecten de tal forma.
El caos generado por los individuos que le apuestan a la destrucción, ahí está patente, obscuro, dañino, causa dolor y sufrimiento innecesarios, arbitrariamente.
Por eso me conmueve Sakiné, las mujeres encarceladas y todas las otras victimizadas, los niños, los ancianos, porque se les ha negado su decidir sobre sí, sobre su cuerpo. Sobre cualquier autonomía tienen el lastre del otro que se adueña de su humanidad.
Soy conciente ( o al menos trato de serlo) de que la vida no es perfecta, pero tampoco puede ser ésto que nos quieren imponer.
Si no puedo decidir, entonces he perdido la posibilidad de ejercer mi humanidad.
Y entonces, la cosa en sí, el sino de la vida, se nos esfuma.
