martes, 20 de abril de 2010

NADIE SABE


He esperado para escribir acerca de la muerte de la niña Paulett.




He desenmarañado para mi, lo que han enmarañado los medios de comunicación, las personas y las autoridades, encargadas del caso, así, en ése orden.





Sólo plantearé algunas consideraciones con respecto a éste hecho.




Primero, hay una desaparición, de una niña, que no es cualquier niña, en el sentido promedio, no sólo porque proviene de una familia adinerada, para el promedio del mexicano, sino porque presenta detenciones en el desarrollo físico, lo que implica que también las hayan existido en lo mental y emocional. La percibimos vulnerable.




Segundo: la desaparición se vuelve lo contrario y resulta en una sorpresa y una decepción, porque debido al "hacerlo público" se esperaba que la niña fuera "salvada".




Muchos unieron esfuerzo y voluntad para lograrlo, fueron solidarios. Hubo una suerte de mecanismo identificatorio.




¿Salvada de que?




Primero se pensó que de un secuestro, se dio por hecho, luego, al virar los acontecimientos, la sociedad enterada del hecho, no tuvo salida a sus fantasías, la realidad estaba ahí, y no hay nada mas real que la muerte, y nada mas infame que la muerte en un niño, aún peor, de una niña.




Partiendo de lo que si hay, podemos quizá, plantear algunas vertientes.




¿Porque Paulett estaba al cuidado de dos nanas? éste parece ser el desencadenante de la confusión, del enredo, de la irresponsabilidad, luego de "desaparecer" la niña, no estaba claro quien era el o la responsable de su cuidado.


La madre ha dicho que ella la cuidaba, pero lo que en realidad sabemos, es que las nanas la cuidaban de tiempo completo. Alguien no quería hacerse cargo de ella y lo que implicaba. Las nanas se hacen cargo y establecen un vínculo especial con la niña, sin ser sus madres. Luego entonces, la madre no pasaba mucho tiempo con la niña. Las funciones de maternaje las cubrían las nanas: la acostaban, la levantaban, le daban su comida, la alistaban para ir a la escuela, la llevaban a jugar. Una de ellas, incluso, la atendió desde bebé.


El padre tampoco pasaba mucho tiempo, ni con la esposa, ni con las hijas, ninguna de las dos. La madre refiere que trabajaba, pero ella sospechaba de una relación extra-matrimonial. Su ocupación, bien a bien, nunca ha podido ser definida.


La madre pasaba, casi todo el día en casa, pero no cuidaba a la niña ¿Que hacía? parece que pasaba mucho tiempo frente a la computadora. Estudió derecho, pero nunca ejerció su profesión. No es una mujer brillante, ni con grandes recursos intelectuales, el padre tampoco.
Cómo muchos niños: Paulett tenía a un par de pendejos por padres.


Bien, el cuerpo es encontrado en la recámara de la niña, en estado de descomposición ya, lo que implica que tenía varios días de estar sin vida. Evidentemente, alguien lo colocó allí posteriormente a la verificación ocular del personal de la Procuraduría. Otra burla. No solo aparece muerta, sino que aparece como queriendo que pensemos que viva o muerta ahí ha estado siempre, todo ése tiempo, ante la vista de todos, evidenciando la ineptitud y la burla misma.


Los medios de comunicación acaban por volcarse ya en la totalidad hacia el seguimiento y detalles del caso. El público los sigue ávido de conocer quien se ha estado burlando de todo orden establecido.


Por un lado, el orden social, parental, un filicida es alguien que no tiene cabida en la sociedad.


El orden mediático pues no sé da una noticia cuando ya se tiene encima otra, y multitud de versiones y análisis de cada una. Hay caos, no hay uniformidad, nadie nos dice que pensar ésta vez, estamos ante lo desconocido y en medio de nuestro temor mas profundo: unos padres que deben ser los guardianes de su hija, no solo la encargan al cuidado de otras (las nanas) sino que "dejan" que desaparezca en su propia casa y luego aparece muerta.


¿Que clase de pareja demoníaca ésta? ¿porque se ha negado a entrar en nuestros ideales de lo que debe ser una familia, unos padres, una madre y una familia en desgracia?


La madre no llora, el padre no aparece en los medios, la hermana es silenciada, las nanas no saben que pasó, dicen no saber nada al respecto, aunque quizá, mas bien, no lo dicen en voz alta.


Y mucho es lo que no se dice en voz alta en ésta muerte.


Las fantasías filicidas, inconscientes, son recurrentes y normales en todos los padres y madres, al igual que las parricidas, todos hemos deseado alguna vez ver muerto alguien, o matarlo con nuestros propios medios, incluídos hermanos y padres, de pronto, alguien las cumple.


Amenaza lo que si se puede hacer, traspasa lo permitido y que todos hemos deseado transgredir.


Ellos lo hicieron, son malos, los buenos no hacemos ésas cosas, mi familia y mis hijos están resguardados y, como se atreven estos a decirnos que hay otra realidad, la del inconsciente que se expresa mediante actuaciones: lo que no se habla se actúa, y mucho de los que se actúa no se habla luego...


Los actos de ésta pareja, parecen recordarnos que estamos indefensos ante la destructividad humana, porque ella está ahí...latente, como bien dijo Freud, inconsciente...nos recuerdan que no todo es vida, que dentro de todos hay una parte que tiende hacia la destrucción, pero entonces, en lugar de vernos a nosotros mismos, hacemos el viraje de la proyección: ellos son los totalmente malos, ergo, yo soy bueno.


Luego, para confirmar ésta defensa psíquica, sale una psicóloga institucional, cuya chamba es culpabilizar encontrando elementos (no, al contrario) diciendo que la madre presenta un trastorno de personalidad. Gran descubrimiento, bienvenidos a la filosofía de la obviedad: la mayor parte de la población promedio presenta uno o varios trastornos. Otra cosa es que nadie los diagnostique porque no procuren ser atendidos: yo estoy bien, los enfermos están en el manicomio o en las cárceles.
De eso tampoco queremos saber.
Todo inculpado, lleva ya una etiqueta, la cosa es buscar cuál. Así funcionan los peritos en psicología dentro de las instituciones.


La culpa se acentúa y se deposita por la sociedad y los medios, en ella, la madre, la que debería proteger, cuidar, no lo hizo y algo debió pasar, debe ser resultado de algo mental, algo dañado hay en ella, quizá por ser mujer se agrava, pocos han pensado que el padre esté implicado en la muerte.


Incluso su propia familia le dice: toda la sociedad te odia, no podrás nunca más volver a salir a la calle. Entonces, propicio es el encarcelamiento y la condena para ella, quien es la depositaria de nuestras proyecciones acerca del modelo de la familia, la maternidad, la misma paternidad, la enfermedad mental, la sexualidad de pareja y extrmatrimonial, la muerte. Temás intocables, tabués.


Asunto resuelto: si la encerramos a ella, simbólicamente encerramos todas nuestras preguntas sin respuesta, nuestra angustia ante la conducta desconocida que nos es familiar, nuestras fantasías de destrucción, es fácil saber, entonces, porque ya la sociedad ha dado un veredicto.


Lo cierto, es que nadie sabe nada.


Si no partimos de ésta premisa no estaremos abiertos a vislumbrar el panorama y las interrogantes que ésta niña y su muerte nos abren como personas y como sociedad.


No se trata de lo bueno o lo malo.


Lo único cierto aquí, es que nadie sabe nada, la policía es la que menos, incluso, los protagonistas del asunto, aún más, quien lo cometió, ni siquiera sabrá porque lo hizo o para qué.


La mente humana es intrincada, los medios intentan vender un modelo, que no es real, de como funciona la psique, porque les sirve de negocio explotar las fantasías del público, quien urgido por encontrar un culpable y alejar la angustia que la visión de un espejo de su propia humanidad le provoca, se apresura a dictaminar: todos son peritos, todos son psicólogos, todos son abogados, todos son padres o madres buenos, la fantasía que vende es ésa, de modo que se la creyeron y actuaron en consecuencia.


¿Porque será que nos cuesta tanto aceptar que lo cierto es que no sabemos nada? Ni de nosotros, ni del otro, pero, si lo deseamos, podemos aprenderlo y a-pre-hen-der-lo, analizarlo, desmenuzarlo, re-significarlo.


Y que solo se puede comprender desde lo incompresible que parece un acto, el acto este de muerte, de una niña, que nos interroga mucho más allá, hacia nosotros mismos, hacia lo que compartimos con los involucrados: nuestra psique.


Nos hemos sentido interrogados profundamente, pero, para no pensar mucho en éso, seguimos el juego de los buenos y los malos.


Quizá sería mejor analizarlo desde las subjetividad desde el preguntarme ¿que me mueve éste caso? ¿que es lo que no quiero saber pero está ahí de todos modos, como la muerte, como nuestra propia muerte...


Sería un ejercicio interesante, y creo yo que mas responsable, y, para mi, indispensable.
Un canalla, dice Lacan es aquel que nunca se hace cargo de las cosas que hace.


















jueves, 8 de abril de 2010


Una Aproximación de Los Factores de Personalidad Que Determinan Cometer Actos de Agresión Hacia los Animales.


PSIC. ELIZABETH CHÁVEZ CORIA


Debemos considerar algunos conceptos psicológicos básicos para poder entender la conducta de maltrato hacia los animales.


IMPULSIVIDAD


Se trata de las reacciones ante los estímulos Manejamos nuestros impulsos básicos de forma adecuada cuando posponemos o meditamos si es conveniente hacerlo o es inadecuado de acuerdo a el contexto y a los beneficios de hacerlo a corto o largo plazo.


TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN


Dicha tolerancia debe ser adquirida a lo largo de nuestro desarrollo psicológico, y se logra mediante la exposición a estímulos frustrantes, es decir, no podemos obtener siempre todo lo que deseamos, y no siempre en la forma y tiempo que quisiéramos, de modo que vamos aprendiendo a tolerarla y sobre todo, a manejarla, ya que es una constante en nuestras vidas.
El manejo de los impulsos entonces es adecuado o inadecuado para nuestra persona y entorno.


Aprendemos a frustrarnos sin tener la necesidad de vengarnos, ya que esto se conoce como hostilidad.


HOSTILIDAD


Es la capacidad individual para tolerar la frustración sin desquitarse


AGRESIVIDAD


La agresividad es un impulso innato en las especies, mucho se ha estudiado y discutido si se trata de algo culturalmente aprendido o adquirido o si se nace con él. Lo cierto es que tenemos ése impulso biológico hacia la defensa de nuestra vida y la de nuestro grupo. El enojo en cambio, es un sentimiento, que se produce independientemente de si hay un elemento externo que nos ponga en peligro o no. Se da ante las situaciones de la vida, personales, familiares o sentimentales, sobre todo, en las relaciones con el otro.

EMPATIA


La empatía se puede definir como la capacidad que tenemos de ponernos en el lugar del otro, de comprenderlo, de saberlo valioso y de tratarlo como ser íntegro.


RESPONSABILIDAD SOCIAL


Las Personas que la tienen, se conceptúan a sí mismos como decididos aceptar las consecuencias de su propia conducta, experimentan tener responsabilidad para con su grupo social, quien carece de ésta característica no aceptan las consecuencias de su propia conducta, son carentes de responsabilidad, poco dignos de confianza, faltos de integridad y con un pobre sentido de responsabilidad para con el grupo.


PERSONALIDAD SOCIOPÁTICA


Se trata de individuos que han tenido dificultades con la ley, a pesar de no haber sufrido privación cultural, poseer inteligencia normal y estar relativamente libres de desórdenes neuróticos o psicóticos serios. Presentan falta de interés por la mayoría de las normas sociales y morales de conducta.


CAPACIDAD DE INSIGHT


Otro concepto importante es el de la capacidad de insight. Se define como la capacidad que tenemos de mirar hacia nuestras propias conductas con objetividad y darnos cuenta de lo que está pasando, de la causa-efecto, de cómo podemos cambiar lo que nos sucede, de si estamos actuando correcta o equivocadamente y de tener la capacidad de poder modificar nuestra conducta de acuerdo a esto.


PENSAMIENTO CONCRETO Y ABSTRACTO


El pensamiento del ser humano también se maneja en dos niveles: concreto y abstracto. El pensamiento concreto se encuentra relacionado con lo inmediato, con lo que no requiere análisis a profundidad, con el sentido común, las cosas cotidianas, y el pensamiento abstracto que incluye el reconocer valores éticos por encima de las específicas necesidades personales o de grupo, y conceptos que necesitan ser abstraídos como la lealtad, el amor, el respeto etc.


EL CONTEXTO EN EL QUE SE COMETE EL ABUSO ANIMAL


La sociedad se compone de diversos individuos, que a su vez pueden estar agrupados o no de manera formal e informal. En las grandes ciudades, como la nuestra, los lazos sociales conocidos como redes de apoyo social, cada vez están menos presentes, de modo que los individuos no tienen grupos de referencia a los que dirigirse en apoyo o interrelación.


El tejido social, se encuentra en mayor descomposición cada día, debido a múltiples factores.
El bajo nivel de escolaridad, la falta de oportunidades para adquirir cultura o inteligencia, la disfuncionalidad familiar, las conductas antisociales como el alcoholismo, la drogadicción y la violencia, producen individuos frustrados y enojados, y, sobre todo, con un nivel bajo de de inteligencia y un inadecuado desarrollo psicológico.


Estamos viviendo en una sociedad que en su media, está constituida de analfabetas funcionales, quienes no solo adolecen de los elementos cognoscitivos para manejarse y analizar su entorno, sino que carecen de solidez y madurez suficientes en su aparato psicológico. Ésta una combinación que, por una parte, propicia que las características de conducta que apuntamos en los apartados, se presenten en las personas, y, por otra, hace poco posible el cambio de conductas.


Para entender y manejar la conducta de maltrato hacia los animales, debemos remitirnos a todos éstos elementos que he considerado, de modo que tenemos una serie variada de elementos que pueden llevar a una persona a cometer maltrato hacia los animales, y en su mayoría se trata de una combinación de todos ellos.


Los casos de sociopatía, son los más raros de encontrar.


En general, el perfil del abusador es el de un individuo con un bajo nivel de manejo de impulsos, baja tolerancia a la frustración, poca capacidad de insight, poca o nula empatía, manejan mal el vivir o trabajar bajo presión de cualquier tipo, tipo de pensamiento concreto bajo nivel de inteligencia y tienen un bajo nivel de responsabilidad social.


La conducta de maltrato animal se encuentra documentada mucho en el caso de niños y adolescentes quienes la cometen en mayor medida, debido precisamente, a que no han terminado de desarrollar su estructura yoica ni han aprendido a manejar su impulsividad.


Lo ideal es que, con el tiempo al llegar a ser adultos, aprendamos a posponer nuestra primera reacción ante el enojo o la frustración, de modo que no sea una respuesta primitiva o primaria, como la del niño muy pequeño que hace berrinche para descargar su energía, si nuestra mente se desarrolla adecuadamente aprendemos a emitir una conducta madura, empática, tolerante y sobre todo, que solucione el problema.


Los individuos que presentan conductas de maltrato, han tenido detenciones importantes en su desarrollo psíquico de modo que no son capaces de posponer el impulso de hacer algo, es decir, no piensan antes de actuar, no ven las opciones que hay para solucionar algo, sino que del sentimiento que algo les produce, especialmente si se trata de enojo o frustración, pasan a la descarga de ésa energía, para obtener un alivio inmediato de ella, sin que ésta pase por el filtro del yo, que es la instancia psíquica que nos permite mediar entre nuestros impulsos y la forma de resolverlos de la mejor manera para todos, es decir, no solo para mi, sino para el otro con quien me relaciono.


Al tener baja empatía y capacidad de insight será muy difícil que entiendan que están haciendo algo inadecuado, su mismo nivel de pensamiento e inteligencia debe ser tomado en cuenta para que solo tratemos con ellos cuestiones muy elementales y concretas, evitemos presionarlos demasiado ya que responderán mal o agresivamente y tampoco podemos apelar a su responsabilidad social porque no la tienen, en su mayoría.


Deberemos aportarles instrucciones específicas y claras y deberemos mostrarnos como la persona que debe ponerse en el lugar de la conciencia, inteligencia, y sentido del otro que le falta. También ayuda mucho que sepan que hay una persona externa, una autoridad, que supervisa que cumplan con los compromisos establecidos o con la conducta socialmente responsable.

La conducta humana, como he descrito, es sumamente compleja, no está determinada por un solo factor sino que es producto de la interacción de lo biológico, lo psicológico y lo social en cada uno de nosostr@s. No hay recetas para manejar a las personalidades maltratadoras. Se deberán tomar en cuenta la presencia de cada uno de los elementos que hemos considerado, y así saber que tipo de conductas son esperables en ellos, y, de acuerdo a ello, elaborar un plan individual de abordaje.


Si sabemos los recursos con que cuenta una persona, o de los que carece, podemos manejar mejor la situación de contacto con ellos.

viernes, 2 de abril de 2010

ES DEMASIADO TARDE


Señor, ahora es demasiado tarde para callarte.
Has hablado demasiado. Es demasiado tarde para que te dejen hacer.
Has luchado demasiado.
Has llamado "raza de víboras" a la gente que detenta el poder.


Les has dicho que su corazón era un negro sepulcro bellamente adornado a muchos líderes religiosos.
Has abrazado a los podridos leprosos.


Has hablado descaradamente a los extranjeros vulgares. Has comido con pecadores públicos y has dicho que las prostitutas serían las primeras en el Reino.


Te has complacido con los pobres, con los piojosos, con los paralíticos.


Has cumplido desastrosamente tus deberes religiosos, ¡ya ni sabes lo que es guardar el día sábado!


Has querido interpretar la Ley y reducirla a un solo mandamiento: toda la Ley traducida en el verbo amar, ha sido demasiado...


Ellos ahora se vengan. Ya los escuchas, vienen por ti. Han ido a denunciarte...