domingo, 14 de febrero de 2010

14 DE FEBRERO: BLA


Para Karla y Miguel, por apoyarme y hacerme reír ...

y a todos mis amigos- lectores por sus palabras,

me alientan a seguir escribiendo...


¿ Cómo debo empezar ésta vez?


Siento que una corriente eléctrica recorre mi corazón, pasa por mi brazo derecho, hasta llegar a mi mano y luego a mis dedos, que sostienen el bolígrafo. Lucho por contener un espasmo en el centro de mi estómago...por detener una cascada de sentimientos...me quedé flotando otra vez en el universo paralelo de las mentiras y las promesas incumplidas.


Ahora que ha llegado la noche, me doy cuenta de que son maldades tuyas, de una vez por todas, cae mi iluso adormecimiento; como cuando veo que el sol desaparece en el horizonte, y, en un momento, en el que aún está ahí, alumbrando, en pocos segundos, la noche aparece, lentamente, obscureciendo la luminosidad perfecta del astro redondo y anaranjado, que parecía eterna promesa, que detiene el tiempo...


No puedo odiarte, creo que perdí ésa capacidad en algún punto de la historia nuestra. Hoy, te sentí cerca de mi y deseé con todo mi cuerpo y alma, que me abrazaras, lloré y solo dije: ¡ay niño hermoso!, aquí estoy, otra vez, sentada con todos mis pensamientos...luego tu abrazo que sentía casi real, se esfumó: ¡ pum!. Es cierto que a veces deseamos tanto algo que se puede materializar, pero, es como si sucediera en otro lugar, algún otro tan real, como la verdad: es pura verdad, es amar y desear.


Hoy, que tengo tantas ganas de ti y de tu cuerpo, de tu piel, de tu calor. Es evidente en mi, que entre mas te me vas, más estás, pero...la piel es la piel, y no se alimenta de un espíritu inconstante.


Creo firmemente que Dios dispone todas las cosas para bien. Y eso me hace no caer a un abismo, lleno de secretos y palabras que endulzan, para luego amargar...engañando, como los endulzantes artificiales...
Todos hacemos lo que sea para no caer. Ya no quiero caminar sabiendo que me terminarás enrollando una cuerda de seda entre los pies, sé que tropezaré y los madrazos duelen, como las palabras inconstantes y el hombre de doble ánimo.


Mis pensamientos que ésta tarde van de aquí para allá...se trata de no enloquecer, de brincar tu lazo de seda, de saltar el charco luminoso multicolor lleno de aceite, de seguir, de seguir la vida, que no es buena o mala, solo ES...como lo que siento y pienso de ti y de mí. Cada cual por su lado, cada oveja con su Pastor.


Soy yo aquí. Hay silencio de noche que comienza, en el domingo de los enamorados que van por ahí, con sus flores, sus globos y sus caras sonrientes, hoy los vi pasar, mientras miraba por encima del ventanal de un tranquilo restaurante.


Al menos, yo escribo: mi depresión, mi encierro, mi locura mi éxtasis, mis caídas, mis momentos de manía...mi insensatez, mi necesidad de ternura y afecto, mi alma maltratada ya mil veces por ti, porque me dices ven y voy...olvidando que éso viene de quien viene...


Si, al menos yo lo escribo y éso me hace no caer, tu no, tu solo caes y caes y caes, y no resuelves nada, tú solo vuelas entre líneas en blanco, mientras hablas, siempre dices algo, que trato de entender pero te escucho decir: Bla -bla -bla -bla.


Y...¿sabes lo que te digo?


¡Al diablo con éste día!


Habrá que construir días nuevos...




LA INCREÍBLE HISTORIA DE UNA MARIPOSA


LA INCREÍBLE HISTORIA DE UNA MARIPOSA


(TERCERA ENTREGA)






Antes de nacer, vivió, de algún modo, y también, en modo alguno, todo inicia, al fin de cuentas


(¡vaya paradoja!) en algún punto del universo, o al menos, éso creemos.




Era una oruga y tuvo conciencia de ello poco después de las primeras sensaciones ahí dentro, dentro de sí. Claro que, entonces, ella no lo sabía: no había un fuera o un dentro, solo existía ahí, sin saber que era aquello.




Poco a poco descubrió que ella ERA y que era alguien, creo que se le nombra "conciencia de sí".




Y era una dualidad, era en sí y para sí misma, dentro de aquel estrecho sitio, que en realidad es enorme, y, también, era alguien que habría surgido de algún modo, entonces ¿habría alguien más? ¿Porque no la acompañaba?




Comenzó a ver, a oler, a escuchar y a moverse: ¡Que bien se sentía hacer éso! sobre todo cuando no podía siquiera imaginar que era aquello que existía más allá de ella, y, entonces, ahí estaba de algún modo, sintiéndolo...




¿Que había allí dentro y más dentro de ella y del Universo?