lunes, 4 de julio de 2011

LOCURAS


El Loco, Khalil Gibran


Me preguntáis por qué enloquecí. Fué así. Un día, mucho antes de que nacieran algunos dioses, desperté de un profundo letargo y descubrí que me habían robado todas mis máscaras - si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas- ; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando: "!Ladrones! ! Ladrones! !Malditos ladrones!".

Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, algunas personas, llenas de horror corrieron a refugiarse en sus casa.

Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pié en la azotea de su casa, señalándome, gritó "!Miren! !Es un loco!". Alcé la cabeza par mirarlo, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se encendió de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Ycomo si fuera presa de un trance, grité: "!Benditos! !Benditos! sean los ladrones que me robaron mis máscaras!".

Fué así que enloquecí.

Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden nos esclavizan.

Pero no dejeis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón.

Hasta aquí el relato de Gibrán.


Locura significa tantas cosas, significa bueno y malo, poco común, rechazado, alieneado, fuera de la realidad, fuera de la norma, hace poco, un amigo de Costa Rica me dijo: ¡que loca! y allá éso significa ¡que linda!, muchas acepciones, muchos significantes, quien sabe que signo tenga para cada un@, horror o felicidad: estoy loc@ de celos o loc@ de alegría.

Locos hay muchos: locos genios, locos cuerdos, locos desquiciados, locos adorables o simplemente, locos.

Lo cierto es que sirve mucho no entrar en la locura de nadie, porque dos locuras juntas ésa folié a deúx, solo puede terminar en psicosis.

Y es cierto, está documentado, las parejas asesinas son dos locos que se compran sus locuras: matan y violentan en nombre de una loca verdad que no existe sino en sus mentes, o en la de un@ de ellos, y el otro ahí está, no se atreve a marcharse y actúa porque cree lo que no se podría creerse a solas.

Otros por ejemplo, son las parejas que se violentan un@ al otr@, llámese padres, hermanos, concubinos, amantes, esposos, jefes. Juntan sus locuras y cada uno la defiende como verdad, pelean, gritan, golpean y hacen testigos a los que no quieren serlo y son víctimas de sus desquiciadas vidas, se reconcilian en nombre de la locura que llaman amor, cuando no lo es ni por asomo y así viven, no quieren romper su locura compartida, tal es casi una religión fundada en la irrealidad.

Los terapeutas sabemos de éso, y debemos tenerlo muy presente, cuidado con enredarse en la locura del paciente, éso es lo peor que puede pasarle a un profesional, es lo peor que pueda dejar que pase o que quiera que le pase: hacer caso omiso de que el pedido de ayuda, la demanda del paciente es que entres en su mundo y no salgas vivo de él, por decirlo de algún modo dramático, que lo es si tal cosa sucede.

Nada peor que negar mi locura enmedio de la realidad y nada mas insensato que enredarme en la hiedra de la locura ajena, pasando por alto mi dignidad, mi paz, mi reconciliación con la vida, que debe ser bella por cuanto es real.

Además no ayuda nada que lo veamos como el pobre loc@.



Que cada quien se haga cargo de su propio loco y su locura, es la clave para la cordura y la sana locura, como cada quien la entienda.

Y luego compartimos nuestras locas realidades, sentados frente a un buen café de amor real.