jueves, 8 de abril de 2010


Una Aproximación de Los Factores de Personalidad Que Determinan Cometer Actos de Agresión Hacia los Animales.


PSIC. ELIZABETH CHÁVEZ CORIA


Debemos considerar algunos conceptos psicológicos básicos para poder entender la conducta de maltrato hacia los animales.


IMPULSIVIDAD


Se trata de las reacciones ante los estímulos Manejamos nuestros impulsos básicos de forma adecuada cuando posponemos o meditamos si es conveniente hacerlo o es inadecuado de acuerdo a el contexto y a los beneficios de hacerlo a corto o largo plazo.


TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN


Dicha tolerancia debe ser adquirida a lo largo de nuestro desarrollo psicológico, y se logra mediante la exposición a estímulos frustrantes, es decir, no podemos obtener siempre todo lo que deseamos, y no siempre en la forma y tiempo que quisiéramos, de modo que vamos aprendiendo a tolerarla y sobre todo, a manejarla, ya que es una constante en nuestras vidas.
El manejo de los impulsos entonces es adecuado o inadecuado para nuestra persona y entorno.


Aprendemos a frustrarnos sin tener la necesidad de vengarnos, ya que esto se conoce como hostilidad.


HOSTILIDAD


Es la capacidad individual para tolerar la frustración sin desquitarse


AGRESIVIDAD


La agresividad es un impulso innato en las especies, mucho se ha estudiado y discutido si se trata de algo culturalmente aprendido o adquirido o si se nace con él. Lo cierto es que tenemos ése impulso biológico hacia la defensa de nuestra vida y la de nuestro grupo. El enojo en cambio, es un sentimiento, que se produce independientemente de si hay un elemento externo que nos ponga en peligro o no. Se da ante las situaciones de la vida, personales, familiares o sentimentales, sobre todo, en las relaciones con el otro.

EMPATIA


La empatía se puede definir como la capacidad que tenemos de ponernos en el lugar del otro, de comprenderlo, de saberlo valioso y de tratarlo como ser íntegro.


RESPONSABILIDAD SOCIAL


Las Personas que la tienen, se conceptúan a sí mismos como decididos aceptar las consecuencias de su propia conducta, experimentan tener responsabilidad para con su grupo social, quien carece de ésta característica no aceptan las consecuencias de su propia conducta, son carentes de responsabilidad, poco dignos de confianza, faltos de integridad y con un pobre sentido de responsabilidad para con el grupo.


PERSONALIDAD SOCIOPÁTICA


Se trata de individuos que han tenido dificultades con la ley, a pesar de no haber sufrido privación cultural, poseer inteligencia normal y estar relativamente libres de desórdenes neuróticos o psicóticos serios. Presentan falta de interés por la mayoría de las normas sociales y morales de conducta.


CAPACIDAD DE INSIGHT


Otro concepto importante es el de la capacidad de insight. Se define como la capacidad que tenemos de mirar hacia nuestras propias conductas con objetividad y darnos cuenta de lo que está pasando, de la causa-efecto, de cómo podemos cambiar lo que nos sucede, de si estamos actuando correcta o equivocadamente y de tener la capacidad de poder modificar nuestra conducta de acuerdo a esto.


PENSAMIENTO CONCRETO Y ABSTRACTO


El pensamiento del ser humano también se maneja en dos niveles: concreto y abstracto. El pensamiento concreto se encuentra relacionado con lo inmediato, con lo que no requiere análisis a profundidad, con el sentido común, las cosas cotidianas, y el pensamiento abstracto que incluye el reconocer valores éticos por encima de las específicas necesidades personales o de grupo, y conceptos que necesitan ser abstraídos como la lealtad, el amor, el respeto etc.


EL CONTEXTO EN EL QUE SE COMETE EL ABUSO ANIMAL


La sociedad se compone de diversos individuos, que a su vez pueden estar agrupados o no de manera formal e informal. En las grandes ciudades, como la nuestra, los lazos sociales conocidos como redes de apoyo social, cada vez están menos presentes, de modo que los individuos no tienen grupos de referencia a los que dirigirse en apoyo o interrelación.


El tejido social, se encuentra en mayor descomposición cada día, debido a múltiples factores.
El bajo nivel de escolaridad, la falta de oportunidades para adquirir cultura o inteligencia, la disfuncionalidad familiar, las conductas antisociales como el alcoholismo, la drogadicción y la violencia, producen individuos frustrados y enojados, y, sobre todo, con un nivel bajo de de inteligencia y un inadecuado desarrollo psicológico.


Estamos viviendo en una sociedad que en su media, está constituida de analfabetas funcionales, quienes no solo adolecen de los elementos cognoscitivos para manejarse y analizar su entorno, sino que carecen de solidez y madurez suficientes en su aparato psicológico. Ésta una combinación que, por una parte, propicia que las características de conducta que apuntamos en los apartados, se presenten en las personas, y, por otra, hace poco posible el cambio de conductas.


Para entender y manejar la conducta de maltrato hacia los animales, debemos remitirnos a todos éstos elementos que he considerado, de modo que tenemos una serie variada de elementos que pueden llevar a una persona a cometer maltrato hacia los animales, y en su mayoría se trata de una combinación de todos ellos.


Los casos de sociopatía, son los más raros de encontrar.


En general, el perfil del abusador es el de un individuo con un bajo nivel de manejo de impulsos, baja tolerancia a la frustración, poca capacidad de insight, poca o nula empatía, manejan mal el vivir o trabajar bajo presión de cualquier tipo, tipo de pensamiento concreto bajo nivel de inteligencia y tienen un bajo nivel de responsabilidad social.


La conducta de maltrato animal se encuentra documentada mucho en el caso de niños y adolescentes quienes la cometen en mayor medida, debido precisamente, a que no han terminado de desarrollar su estructura yoica ni han aprendido a manejar su impulsividad.


Lo ideal es que, con el tiempo al llegar a ser adultos, aprendamos a posponer nuestra primera reacción ante el enojo o la frustración, de modo que no sea una respuesta primitiva o primaria, como la del niño muy pequeño que hace berrinche para descargar su energía, si nuestra mente se desarrolla adecuadamente aprendemos a emitir una conducta madura, empática, tolerante y sobre todo, que solucione el problema.


Los individuos que presentan conductas de maltrato, han tenido detenciones importantes en su desarrollo psíquico de modo que no son capaces de posponer el impulso de hacer algo, es decir, no piensan antes de actuar, no ven las opciones que hay para solucionar algo, sino que del sentimiento que algo les produce, especialmente si se trata de enojo o frustración, pasan a la descarga de ésa energía, para obtener un alivio inmediato de ella, sin que ésta pase por el filtro del yo, que es la instancia psíquica que nos permite mediar entre nuestros impulsos y la forma de resolverlos de la mejor manera para todos, es decir, no solo para mi, sino para el otro con quien me relaciono.


Al tener baja empatía y capacidad de insight será muy difícil que entiendan que están haciendo algo inadecuado, su mismo nivel de pensamiento e inteligencia debe ser tomado en cuenta para que solo tratemos con ellos cuestiones muy elementales y concretas, evitemos presionarlos demasiado ya que responderán mal o agresivamente y tampoco podemos apelar a su responsabilidad social porque no la tienen, en su mayoría.


Deberemos aportarles instrucciones específicas y claras y deberemos mostrarnos como la persona que debe ponerse en el lugar de la conciencia, inteligencia, y sentido del otro que le falta. También ayuda mucho que sepan que hay una persona externa, una autoridad, que supervisa que cumplan con los compromisos establecidos o con la conducta socialmente responsable.

La conducta humana, como he descrito, es sumamente compleja, no está determinada por un solo factor sino que es producto de la interacción de lo biológico, lo psicológico y lo social en cada uno de nosostr@s. No hay recetas para manejar a las personalidades maltratadoras. Se deberán tomar en cuenta la presencia de cada uno de los elementos que hemos considerado, y así saber que tipo de conductas son esperables en ellos, y, de acuerdo a ello, elaborar un plan individual de abordaje.


Si sabemos los recursos con que cuenta una persona, o de los que carece, podemos manejar mejor la situación de contacto con ellos.