sábado, 30 de abril de 2011

LOS NIÑ@S DE MORELIA (EDICIÓN FINAL)


Para Julian...Cielito lindo...Te amo.

He visto ésta semana un documental titulado : Los Niños de Morelia.

Un grupo de aproximadamente 64 niños y niñas españoles, llegaron al puerto de Veracruz, provenientes de su país: habían sido enviados por sus padres y madres, como una medida desesperada para salvarlos de los estragos de la Guerra Civil.

La Guerra Civil Española fue un conflicto social, político y militar (que más tarde repercutirá también en un conflicto económico) que se desencadenó en España tras fracasar el golpe de estado del 17 y 18 de julio de 1936 llevado a cabo por una parte del ejército contra el gobierno de la Segunda República Española, y que se daría por terminada el 1 de abril de 1939 con el último parte de guerra firmado por Francisco Franco, declarando su victoria y estableciéndose una dictadura que duraría hasta 1975.

El bando franquista cometió actos de genocidio y crímenes contra la humanidad, ya que en la documentación ahora disponible, como los archivos militares de la época, se demostraría que sus planes incluyeron el exterminio y persecución sistemática de la oposición política, la violación de las mujeres de los ciudadanos republicanos, la imposición de test físicos y psicológicos a presos para vincular su ideología con enfermedades mentales o el robo sistemático de niños a padres republicanos a los que todavía se oculta su verdadera identidad.25 26 Por ello, consideran que dichos actos no pueden prescribir ni ser absueltos y que deben ser investigados.

Fué una guerra cruenta y larga, como todas supongo, y también los mas desprotegidos víctimas vulnerables, el caso de los niñ@s es claro.

México, apoyó la causa republicana de forma militar, diplomática y moral: proveyendo a las fuerzas leales de 20.000 rifles, municiones (se habla de un aproximado de 28 millones de cartuchos), 8 baterías, algunos aviones y comida así como creando asilos para cerca de 25.000 españoles republicanos, dando protección, techo, alimentación y comida a miles de intelectuales, familias y niños que llegaron al puerto de Veracruz.

Los padres los envían, para salvar sus vidas, para protegerlos del hambre, del frío, de los desplazamientos a los que se verían sometidos, de haber permanecido en España.

En el documental, son los mismos niñ@s los que narran los acontecimientos, desde su llegada a México hasta la actualidad, convertidos ahora en ancianos, casad@s, con hijos y nietos ya, han recorrido un gran tramo de vida y una experiencia difícil y única, que los hace ser la voz autorizada para hacernos saber de ell@s, íntimamente, pero guardando para sí muchos detalles, pues responden preguntas, pero no dan respuestas, ellos mismos no entienden mucho del proceso de asimilación que pasaron en tierras mexicanas y como ahora, se saben mexicanos por adopción, y defienden su ciudadanía, ganada a pulso y a fuerza de haber perdido contacto con sus familias de origen, su patria de nacimiento, sus pocos recuerdos de infancia.

La figura central en las narraciones de to@s: la madre, ésa que no saben si odiar o redimir en su recuerdo, por haberlos mandado a un destino cierto pero solitario, salvífico pero condenatorio.

El padre se menciona poco, apenas uno de los niños de Morelia, dice: "Al vernos ir mi padre, se arrepiente de habernos mandado y grita: que no se vayan, que no se vayan mis hij@s!" pero ellos igual son llevados, uno se imagina la escena y se estremece, una decisión así, ya sea de la madre o del padre, debió ser inimaginable de tomar.

Durante el documental, flota la interrogante: ¿Fué necesario enviarnos? ¿Sería mejor habernos quedado? ¿Se apresuraron nuestros padres? uno reconocen que tuvo una mejor oportunidad en México, que quizá en España, hubieran dedicadose al comercio y, que en cambio, hizo carrera magisterial. Éste fue el único que mantuvo comunicación por correspondencia de forma constante con sus padres: lo aconsejaban, le enviaban cariño, palabras, el contacto, propicio que logró que el vínculo no se rompiera, permanecieron con él, y lo guiaron, de alguna manera. Imposible saber que factores posibilitaron el buen desenlace a su vida.

Los demás no lo saben, algunos porque reencontraron a sus madres mas tarde, llenos de dudas, resentimientos y sin sabores, o bien, porque nunca mas tuvieron contacto con nadie más allá del océano. Nunca mas los vimos, dicen, con una cierta nostalgia en la voz y la mirada.

Uno de los que reencontró a su madre, está lleno de amargura hacia ella, al verla no siente amor, dice, la rechaza, es una desconocida para mi. Otro, viaja hasta España en su adultez, y trae consigo a la madre añorada, ella vive con él, su esposa y sus nietos, hasta su muerte. Pone como única condición, poder traer a su perra a su nueva vida. Contrastantes testimonios, como compleja la conducta humana, las relaciones con las figuras parentales, la vida misma.

Los padres les dijeron: te vas a México, ell@s se imaginaban que de vacaciones, no tenían noción del tiempo, de la suerte, del plan, la guerra no tiene contratos con nadie, según parece.

Llegan a México en barco, las edades iban entre los 3 y los 12 años como límite, aunque algunos creen recordar niñ@s en brazos.

Uno de ellos narra que durante el viaje se portaron muy mal, a cada uno se les dio un sandwich, 1 huevo y una botellita de vino, que pronto acapararon los mayores, mas de uno estaba borracho allá arriba.

Recuerdan haber sido recibidos por una multitud que gritaba: ¡vivan los niños españoles! ¡viva la República Española! al tiempo que hacían fiesta, les regalaban a su paso dulces, frutas, cariños.

Luego de éso, pasan a la vida en sí. Luego de llagar al D.F, son trasladados y enviados a una escuela-internado, en Morelia, de ahí el nombre que los acompañará toda su vida.

En el internado, son sometidos a una disciplina férrea. Se levantan de madrugada a bañarse y a desayunar, luego clases, mas tarde comida y cena, realizan faenas, pero también hay tiempo para jugar. Bajan felices a clase, cantando canciones comunistas o socialistas que les enseñaban, en español, pues entre los idiomas que traían estaban el catalán, gallego, asturiano, pero el español dicen, lo aprendieron aquí.

Recuerdan que no entendían como los frijoles eran negros, y las tortillas no eran de patatas, sino de maíz en forma aplanada: en muchas ocasiones los hicieron volar por los aires, durante la comida, como platillos.

Los mayores, adoptan a los menores, y forman pequeñas familias. Los que viajaron con su herman@s, se cuida un@s a otr@s. Había también niñ@s afectados por la guerra, con traumas, que trajeron consigo: quizá, al pasar un avión, corrían a esconderse bajo la cama.

Yo observo el documental, y veo, desde el ojo profesional, como se reproducen en ellos , la misma dinámica de todos los niñ@s institucionalizados, huérfanos, la psicodinamia de la personalidad que autores diversos han descrito y estudiado, la dinámica institucional, dónde mayores hacen serviles a los menores, haciendo que éstos se defiendan férreamente, una de ellas dice: "es que cuando no hay nadie que te cuide, aprendes a cuidarte solo" con uñas y dientes.

Les daban dinero, pero era poco, a veces cambiaban los panes por tacos de carnitas, salsa y tortillas, que compraban fuera, salían si, recorrían Morelia, una Ciudad que se volvió entrañable, para siempre, dicen que "se les metió en la sangre", su hogar, una de ellas dice que al viajar a España, no conocía nadie, así que decidió recorrer el país, pero luego, no se sintió en casa, no se imaginó vivir ahí, y al llegar a Morelia, se dio cuenta que era ahí dónde pertenecía. Ella se casó con otro de los miembros del grupo, duraron 34 años de matrimonio, hasta enviudar.

Muchos españoles, que vivían en México, antes de la guerra civil, los acogían de vez en vez, les daban dinero, comida, ropa. Algunos, pillos, al ser recibidos en cualquier hogar mexicano, reconocen que contaban su historia dramatizada, para recibir atención, cariños extras.

Los apodaban los hijos de Lázaro Cárdenas, lo recuerdan como un padre dicen, que de vez en vez, comía con ellos en la escuela, se rendían honores a la bandera Republicana Española. Incluso uno de los niños de nombre Fernando Rey, fue adoptado por el General Lázaro, y creció con su hijo Cuauhtémoc.

El acento de algunos, al hablar, es como español, pero hay varios que son totalmente mexicanizados.No puedo creer que fueran españoles alguna vez, no hay rastro, no hay indicios de tales niños en su voz, ni en sus gestos, ni en nada. El entorno pienso, el entorno nos determina, en el que nos desarrollamos, no en el que nacemos, si no es el mismo.Mientras los escucho me pregunto, interesada, de que habrá dependido tal fenómeno, creo que fue debido a la edad en la que llegaron a México,

Pero, a pesar del acento, tod@s, sin excepción, se consideran mexican@s. Al viajar mas tarde a España, una vez muerto Franco, casi ninguno se identifica con la Madre Patria, alguno cuenta como fue despreciado por sus parientes, -una vez, viajé a España sin mucho dinero, al llegar al aeropuerto llamé a una prima quien me dijo: ¿En que hotel os vais a hospedar?-no tengo mucho dinero prima-¿Como se te ocurre hacer un viaje tan largo sin dinero para el hotel?. Pienso en la hospitalidad del mexican@ promedio, el "mi casa es tu casa" que siempre va en serio, cosas distintas, no sé. Quizá porque ahora siempre serán considerados rojos, disidentes.

Al internado, tiempo mas tarde de su llegada, son llevados también niñ@s mexicanos a vivir ahí: provenían de zonas pobres, dónde no tenían oportunidad de recibir educación. A tmailto:tod@s, además de las clases regulares, les fue enseñado un oficio. Dicen que se hacían distinciones entre españoles y mexicanos, prefiriendo el personal a los primeros, otros opinan que tal cosa no es cierta. Me parece posible, siendo los mexicanos como dice mi psicoanalista: todos hij@s de la Malinche.

El bando sublevado estuvo organizado en torno a gran parte del alto mando militar, institucionalizado en la Junta de Defensa Nacional y se apoyó en el partido fascista Falange Española, la Iglesia Católica y la derecha conservadora (monárquicos, cedistas y carlistas). Socialmente fue apoyado, principalmente, por aquellas clases más o menos privilegiadas hasta entonces, (burgueses no liberales, aristócratas, terratenientes o pequeños labradores propietarios, etc.) que tras la victoria en las urnas del Frente Popular veían peligrar su posición social o estaban temerosas del anticlericalismo y de un posible estallido de violencia del proletariado.

Así que allí, Y está la parte sobre la concepción que de la Iglesia Católica, tenía los niñ@s. Habiendo muchas de ellas en Morelia, recuerdan, al pasar frente a alguna gritar: me cago en dios, arrojar piedras. Algunos fueron convencidos de hacer la primera comunión, y algun@s la hicieron varias veces, hasta cinco, para recibir prevendas, lo narran como algo curioso, todas son anécdotas de su infancia sui géneris, pero al fin, infancia.

Pero los niñ@s crecieron y hubo cambio de Presidente en México, al suceder ambas cosas, se planeó cerrar el internado: Escuela Industrial España-México. Hay una historia oficial de éstos acontecimientos y la he consultado, pero al escuchar la versión de los niñ@s, me doy cuenta de que ell@s no la vivieron así. Recuerdan como mujeres, madres, amas de casa u asociaciones sindicales mexicanas, defendieron la Escuela, desde las azoteas, para que no fuera clausurada, y los niñ@s no fueran devueltos a España. Al suceder todo ésto, algunos huyeron del internado y empezaron por su cuenta vidas independientes, otros permanecieron hasta ser externados, al casarse o ser mayores de edad. Los más pequeños fueron alojados en casas cuna que fueron donadas a la comunidad española republicana en el exilio, quien se haría cargo de ell@s, pero por poco tiempo.

Tod@s desbandados, tomaron rumbos de vida diversos; algunos cayeron en el alcoholismo, otros se fueron hacia Estados Unidos, algunos siguieron su vida en México, dónde se casaron,formaron familia, otros estudiaron hasta la Universidad y desarrollaron una vida profesional brillante. Ellos mismos reconocen, que, a partir de su salida de la Escuela, fueron los constructores de su destino.

Dicen que tienen una doble identidad, pero que aman México, aunque se reconocen españoles, algunas mas, otros menos. Uno de ellos narra como su esposa y él, al entrar a México, provenientes de Estados Unidos, lloran cuando ven la bandera mexicana, al pasar la frontera.

Definitivamente, ni un@ sol@, se declara español. El obtener la ciudadanía mexicana se vuelve una lucha para ellos, algunos la obtienen de adultos mediante un convenio con la Secretaria de Gobernación, otros quedan excluidos por no llenar los requisitos, les dijeron. Al recibirla y recitar el juramento a México, lloran, aún al narrarlo se emocionan tanto, de haber sido llamados paisanos, como nos decimos los compatriotas por acá, por haber logrado una identidad, algo que los definiera al fin, algo que les permitiera dejar de flotar entre dos tierras.

En el final del documental, varios de ellos se reunen en un sitio público: hay guitarra y cantos, charlas y recuerdos, encuentros, intercambio de opiniones, cada uno una versión, una historia, parece que coinciden y luego se separan en su propia experiencia única, compleja.

Los niños y las niñas de Morelia, de los que no sobreviven ya, tod@s los que llegaron, historia nuestra también , que se les debe hacer justicia, porque en la escuela no les enseñaron historia de España, sino de México, pero no entendiendo bien a bien, que era lo procedente, ell@s se asimilaron mexican@s, y así deben ser tratados.

Lindos compatriotas, ést@s nuestr@s, que enriquecen la vida de nuestro pueblo y nos dan aún, un mensaje dirigido en muchas direcciones, los aludidos somos tod@s, allá y aquí, las escuelas, los padres y madres, los maestr@s, la propia iglesia, los gobernantes.

Vidas complejas y ricas, que desentrañan mucha de la naturaleza institucional y humana, en torno de la guerra, el sufrimiento humano, la redención, la adaptación, las nacionalidades, las relaciones con las figuras parentales, quienes tomaron una decisión de vida ante una circunstancia de muerte.

Al terminar de ver el documental me siento conmovida, interrogada, enojada, triste, alegre, muchas cosas me pasan por la mente y el corazón.

Pienso en ti amor, en lo cierto de la parte de la historia española que te tocó vivir , y que hemos conversado, intercambiando el alma, porque en lo que un@ vive, es dónde se queda, y en lo cierto de todas las historias no oficiales, ahí, dónde está el verdadero corazón del testimonio humano.