jueves, 28 de mayo de 2009

LOS DIOSES CONFUNDEN A LOS QUE DESEAN PERDER


O al menos éso acostumbraban decir los antigüos griegos, quienes iniciaron el sistema democrático de gobierno, historia que ya todos conocemos.


Ahora vivimos la democracia incipiente, malhumorados y como un trámite mas engorroso que cualquiera, y que se supone debemos ejercer como ciudadanos cabales en las próximas elecciones.


George Washington decía que estaba en contra de los partidos políticos porque dividían a las personas. Lo cierto es que en nuestro México, el clima no puede estar mas denso, con o sin partidos políticos, aunque mucho tiene que ver con ellos.


¿Cómo nos definimos los ciudadanos ante la realidad nacional? de ello partirá la resolución que demos a varias cuestiones que ahora más que nunca nos desafían.


Es cierto que existe un manejo perverso del poder, cierto que el poder se ejerce, no se platica ni se negocia, y que como dijo el anarquista Bacunin: el poder corrompe.Si no baste oír la declaración representativa, de un alcalde con licencia cuando describía por éstos días, como le habían ofrecido un soborno : "mientras sea negocio...pues que chingaós".


No creo que la división de la sociedad mexicana, y su polarización que alcanzó su punto más álgido las elecciones presidenciales pasadas, sea responsabilidad de López Obrador, ésa es una explicación simplona y fácil.


Menciono a AMLO porque él ha iniciado un movimiento que se opone a las instituciones caducas y a su sistema corrupto, y porque pocos han entendido que el movimiento lópez obradorista, tiene que ver más ahora, al menos entre sus bases, con una denuncia y oposición sistemática a las formas oligárquicas y clasistas que excluyen a la población mayoritariamente empobrecida, sin instrucción formal y sin afiliación partidista. Alguien los empoderó y ellos lo siguen, no se equivoquen los que creen que solo se trata de acarreados o ilusos, la cosa tiene mas forma y fondo.


La clase profesional ilustrada es otra cosa. De ella han partido los rompimientos con los patrones culturales que nos oprimen individual y socialmente, porque existe mas apertura e iniciativa para realizar cambios y considerarlos operables en la realidad. En éste sentido, la ética adoptada en nuestro país por las comunidades protestantes, en contraposición a la tradición católica y otras, ha cuestionado muchos de éstos modelos culturales, y encuentro que es una de sus principales aportaciones a la vida nacional, no solo operando y posibilitando cambios al interior de las personas, sino en el contexto y la comunidad que los circundan, impidiendo la repetición de modelos arcaicos y estáticos que no empoderan ni liberan sino que someten e inmovilizan.


Por ésta razón, cuando me preguntan ¿Porque eres metodista? contesto: porque es el espacio dónde puedo ejercer mi fe de acuerdo a mi conciencia. Ruben Ruiz Guerra escribe en su libro "Metodismo y Modernización en México": " Las raices pietistas del movimiento (metodista) y el énfasis en el concepto de salvación y la perfección cristiana, posibilitaron a los metodistas para seguir empresas de desarrollo individual y, con él, social- los metodistas según manifestación expresa deseaban reformar la sociedad, pero a través de la transformación de los individuos. Empresas educativas, ideales de ahorro, temperancia, trabajo, amor al prójimo, higiene y salud empezaron a esparcirse entre los individuos". Wesley, fundador del movimiento metodista, introdujo el concepto de pecado social y habló de como las personas acaparadoras perjudican a las comunidades. Abogó porque todos los individuos tuvieran acceso a salud, vivienda, alimento, ropa y trabajo dignos, en una época en que en su natal Inglaterra, ésto era escazo para la población mayoritaria.


Para mi, éstos cambios que se han operado en pequeñas sociedades, porque al final los protestantes seguimos siendo una minoría religiosa en nuestro país, y mi formación en la izquierda y los grupos democráticos, es prueba de que no podemos sumirnos en la ignominia que nos rodea, no sólo ejercida por la clase gobernante sino también en nivel micro por cada ciudadano que se anula a sí mismo al no participar de nuevas formas de pensamiento y, por consecuencia, de acción, para transformar la realidad, en algo más que sobrevivir día a día, sabiendo que para much@s aún ése concepto no es sostenible por el nivel paupérrimo de vida en el que se ven obligados a sostenerse, sin posibilidad alguna de movilidad hacia otro nivel debido a multifactores que no se han erradicado a lo largo de siglos, lo que provoca aún más desencanto y descomposición del tejido social.


Los narcotraficantes, se han erigido en un poder palpable y que se ha insertado ya en la vida nacional, en todas los niveles sociales, políticos, religiosos y particulares. Creo que incluso han rebasado el concepto de criminalidad, criminalidad de cuello blanco y crimen organizado, denotando en sus prácticas una gran descomposición de éste tipo criminaloide y antisocial, que lo mismo soborna, asesina, descuartiza, degolla, hace fiestas suntuosas, calla periodistas y corrompe a los incautos que queriendo evadirse de la realidad, consumen sus productos y sus bonanzas.


Pero si han permeado tanto así a nuestra sociedad, es porque las condiciones están ahí: tienen la mesa puesta. Los campesinos ganan si siembran marihuana, amapola o producen goma de opio, o si se van a levantar cultivos de estupefacientes en vez de jitomates en un camión de redilas en el que seguramente encontrarán la muerte...mas tarde que temprano, la opción era pasarse al otro lado de wet, pero ahora hay una más cercana, asociarse directa o indirectamente con el narcotráfico. Los jóvenes buscan el modelo de enriquececimiento que el tráfico del drogas ofrece, los consumidores aburridos o frustrados o evadidos, todos, son producto de una sociedad harta que busca esparcirse o redimirse mediante estados alterados de conciencia.


El narco produce empleos, en el sexenio del presidente del empleo...pero también ya que está ahí, es aprovechado para ser botín electoral, luego de la influenza, el miedo sigue siendo sembrado en la población, mediante algunos de los medios de información más pop, mostrando que la realidad es tan aterradora que mas valiera seguir en la línea de voto del partido gobernante o de plano, no ir a votar.


El miedo inmoviliza y he escuchado a un sin fin de personas declarar: no voy a votar.
Claro ahora no hay enemigo político contra quien volcarse en las urnas, así que la confusión reina y a río revuelto ganancia de pescadores.


Hay un movimiento creciente denominado "fuerza blanca" que propone ir a las urnas y votar en blanco o anular el voto. Siguen la corriente de países como España o Colombia, dónde si el número de votos en blanco es superior al de los emitidos y la votación resulta no ser representativa, la elección es anulada. Parece ser una buena propuesta, aunque yo propongo no ir vestidos de blanco, sino de negro, o con un moño negro en la solapa en señal del luto que llevamos, ante la muerte del ideal de democracia.


Sin embargo, no puede ser lo único, no podemos ser tan ingenuos, debemos seguir denunciando las formas del mal imperantes, las estructuras injustas que oprimen, las instituciones que acaparan, los gobiernos que segregan y empobrecen, los del voto blanco yerran al ignorar que éste país no solo está dividido por las campañas electorales, sino también por un sistema de clases sociales dónde hay los mas y los menos favorecidos con oportunidades de educación y de otros tipos. Ser clase profesional ilustrada nos hace tener un fuerte compromiso al respecto, porque tenemos acceso a la verdad.



Debo decir, haciéndome completamente responsable de ello, que López Obrador quedará desfasado y se aislará si mismo y al grupo de quines lo siguen, si no da cuenta de que no se puede servir a dos amos a la vez, y que la tendencia ciudadana y la verdadera responsabilidad hacia el cambio, se encuentra en el cuestionamiento de las organizaciones partidistas su estructura y funcionamiento absolutamente antidemocrático y acomodaticio que ya no representan a nadie, sino a sus propia voracidad.


Debo decir, también, con todo mi pesar, que el sistema de partidos está agotado, en sus formas originales, y debe ser transformado desde la ciudadanía, desde la sociedad civil, como ya ocurrió en el pasado, pues es ésta y ninguna otra instancia, la que puede reconocer el enojo, la frustración, y el caos que rodea nuestra realidad cotidiana de modo que pueda modificar ésta sensación, que en definitiva parte de una realidad, en algo mas constructivo y organizado, para evitar permanecer en espejismos, ataduras o pasividades.
Solo de ésta acción se han desprendido reformas importantes a la vida nacional.


Sea con camisetas, bolsas, voto en blanco, voto anulado, voto diferenciado, debemos ver éstas elecciones con una cierta mirada de oportunidad que posibilite un cambio concreto de nuestro actual paradigma democrático, que está agotado, al menos, de la forma en que ha sido conceptualizado y ejercido tanto por la clase política como por la ciudadanía.