viernes, 8 de octubre de 2010

NO ES PARA FLOJOS


Acerca de las uniones homoparentales se ha polemizado mucho, opiniones en contra o a favor, eran encarnizadas, mochas y muchas, sobre todo, desinformadas. hace un tiempo que se han estado abriendo espacios para vertir las posturas. Celebro que, al menos, se pueda dar un clima para dialogar sobre éste y otros temas, para desmitificarlos.




En medio de cualquier polémica, se encuentra la permanencia del status quo, de personas o grupos, de individuos o instituciones. Perderlo es percibido como una amenaza directa a el ser, pero éso no es el ser, sin embargo, los que poco tienen a poco se atienen.






Pensemos en las recientes declaraciones de Calderón, quien dijo que reafirmaba su declaración con respecto a que el ex candidato presidencial López Obrador, es un peligro para México. pensemos que la campaña mediática en contra de AMLO se desarrolla explotando ése temor de perder el status quo de algunos, desafortunadamente en nuestro país, no existe tal cosa como la conciencia del bien común, cada quien ve por su santo, dicen. La derecha mexicana, es retrógrada y se ha atrincherado y blindado contra cualquier cosa que amenaze sus privilegios y prevendas. Y no está de más, recordar que la suma de muertos y desaparecidos, en lo que va del sexenio calderonista, nos dice en realidad quien resultó ser un total peligro.






El gobierno de Lula da Silva, presidente de Brasil, ha sido exitoso en un marco de capitalismo y libre mercado, pero con un enfoque de izquierda moderada, pero, a diferencia de la derecha mexicana ignorante y estúpida, la de Brasil, aceptó el triunfo de Lula y se adhirió al bien común del país, aunque a corto plazo, perdieran algunos de sus privilegios, y, el resultado está a la vista.






Una derecha que también quiere decirle a las mujeres, ciudadanas libres, que deben hacer con su sexualidad y su maternidad, El Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional, han alzado la mano para votar las reformas constitucionales que elevan al rango de homicidio en razón del parentesco, la interrupción del embarazo, en algunos de los Estados de la República.
Signo de los tiempos que vivimos y que me alarma sobremanera. Como si les hicieran flaco favor, ex carcelarón a varias mujeres en Guanajuato, bajo caución, todas, presas por abortar (ellos piensan que fue homicidio punible) .






Se pugna por una sexualidad libre y una maternidad responsable, y se revira criminalizando ésas expresiones. Se ha logrado un acceso a interrupciones del embarazo en condiciones adecuadas, gratuitas y de sanidad, y viene la contra ofensiva penalizándolo, pero, solo se aplica en ciertos sectores vulnerables. La mayoría de las mujeres encarceladas en Guanajuato por abortar, son indígenas.




Elevar las penas, por ejemplo, es impensable como una medida funcional, en un país dónde existe un 60% de impunidad. Es pura demagogia la ley antisecuestros, o la propuesta del mando único policial, sin un programa integral en políticas de seguridad pública y en materia de justicia o derechos humanos.




Pero la población es floja, no participa de lo que acontece en su alrededor, y hasta enfrente de sus narices. Nos hemos hecho observadores mas que participantes de la vida. Y es reactiva, si sucede algo opinamos, pero luego, se nos pasa el asunto y olvidamos las causas, el diagnóstico el pronóstico, las formas de acción y no las de reacción.



Debo reconocer que a veces uno solo se puede quedar en el diagnóstico porque hay cosas, personas o grupos que no dan para más.



En internet hay un sin fin de espacios como Twitter y Facebook, que han pretendido utilizarse para realizar activismo político, social, religioso. Falso, lo de internet es pura información y debate, en mi caso, pocas veces, con interlocutores inteligentes e informados. La revolución, el cambio, no va a suceder así, el activismo, no es para flojos, es para personas comprometidas, con posturas, y con lazos fuertes interpersonales, y éso no se logra virtualmente.






Hace poco con las llamadas festividades del Bicentenario, yo utilizé el material que gastaron de mis impuestos sin consultarme, y que enviaron a mi casa: una bandera nacional y un cartelón, para armar un panfleto, que coloque afuera de mi casa, dónde plasmé mi postura acerca del asunto, en un barrio predominantemente con postura política de derecha. Poco a poco y de manera espontánea, algunas familias fueron escribiendo sobre el cartel, su acuerdo con mi postura y firmaron con nombres y apellidos. Ése es el verdadero activismo con lazos fuertes, cercanos, el que hace algo, por lo menos, al respecto. Evidentemente una organización mas amplia da para mucho más, Desafortunadamante, el grueso de la población, no ha participado de redes sociales activas personales, familiares o institucionales que inviten al pensamiento informado y a la acción






Evidentemente ocurre a la par, en el terreno personal. Seres pasivos ante la vida, las relaciones parentales, amistosas y de pareja, son un excelente laboratorio para medir, éstas hipótesis y confirmarlas. La mediocridad, la ignorancia y la pasividad son el denominador común.






Las mujeres inteligentes, preparadas y menos conservadoras, al no entrar en el modelo tradicional de género, no encuentran hombres que sean decididos e inicien una relación a largo plazo y de compromiso creciente con ellas. Entonces buscan mujeres tradicionalistas y conservadoras que no hacen mas que perpetuar el status quo de los varones, de quienes su defecto mas evidente es el machismo y la estupidez, por no decir, la falta de carácter, que a su vez, es producto de la madre mexicana que mal educa hombres castrados mentalmente. Las figuras parentales no propician un adecuado desarrollo psicológico y éstos individuos, a su vez, lo imposibilitan para sus hijos y familias.




Progreso, revolución, cambio, son palabras que se usan mucho, pero que no se harán una realidad hasta que no solo se tomen posturas, sino también se utilizen los medios adecuados para concretarlas, y ya pasamos 1988, para pensar ingenuamente, que ése terreno será solo el de las urnas.




Es lo que necesita el país, lo que necesitamos como personas, lo que necesita la vida para poder llamarse plenamente así.