(SEGUNDA ENTREGA)
En tanto, la mariposa, abrió sus alas...
Las desplegó; ¡Que maravilla!
La tormenta había cedido y la lluvia ...y el entumecimiento, que en realidad se llama miedo.
El amor echa fuera el miedo, pero como el miedo es canijo, echa fuera todo...hasta el amor.
El sol le daba un brillo inusitado a su existencia, a sus alas...se sentía en completa tranquilidad.
Retornaba al deseo...sin miedo, solo desear...solo volar...
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